En un reportaje publicado por Periferia Prensa, Claudia Quintero, directora de la Fundación Empodérame, aborda con contundencia la problemática de la explotación sexual y la trata de personas.
Nuestra compañera destaca que la verdadera responsabilidad recae en quienes compran y demandan sexo, y no en las víctimas que, en muchas ocasiones, son forzadas por situaciones de vulnerabilidad como la pobreza o la falta de oportunidades.
“Dejamos de lado la responsabilidad del cliente que, con su dinero, está comprando los derechos de una mujer, su dignidad y su vida”, afirma Quintero.
Ella enfatiza la necesidad de cambiar el enfoque punitivo hacia los compradores, argumentando que la demanda perpetúa el ciclo de explotación y abuso.
Este reportaje nos invita a reflexionar sobre la urgencia de reformar las políticas públicas y judiciales en torno a la explotación sexual. Es imperativo que el enfoque se desplace hacia los verdaderos perpetradores de este delito: los consumidores. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad más justa y respetuosa de los derechos humanos.
En su artículo, Antonia Bedoya Zuluaga y Natalia Bedoya Alcaraz abordan la problemática de la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes (ESCNNA) en Medellín, resaltando la gravedad del fenómeno y la necesidad de intervenciones más efectivas. Las autoras mencionan datos alarmantes proporcionados por Valientes Colombia ONG, que indican un promedio de cinco víctimas diarias en los primeros meses de 2024.
El texto destaca las causas complejas detrás de la ESCNNA, incluyendo factores económicos, sociales y estructurales, como el patriarcado y el capitalismo, que perpetúan estas situaciones de explotación. Felipe Muñoz y Jazmín Santa, ambos docentes e investigadores, señalan que la explotación no solo ocurre en lugares tradicionales como bares y hoteles, sino también en espacios supuestamente seguros, como instituciones educativas y hogares.
Claudia Quintero, directora de la Fundación Empodérame, critica la normalización del consentimiento en menores y la desensibilización de la sociedad hacia la explotación sexual. Sostiene que, aunque las víctimas puedan "consentir" bajo presión, esto no exime de responsabilidad a los perpetradores.
El artículo concluye discutiendo las diferentes posturas sobre la relación entre la ESCNNA y la prostitución adulta. Mientras algunos argumentan que son fenómenos distintos, otros, como Claudia Quintero y Felipe Muñoz, creen que comparten clientes y condiciones similares, perpetuando un ciclo de explotación que debe ser abordado con una perspectiva abolicionista y de derechos humanos.
Para leer el reportaje completo y conocer más detalles, visita Periferia Prensa.
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