En un esfuerzo por contribuir al bienestar integral de lideresas afro, indígenas, niñas, adultas mayores y defensoras en situación de riesgo, la Fundación Empodérame realizó el taller Círculo de Armonización y Protección Ancestral con Mujeres en la Casa de la Mujer del barrio Mónaco. La actividad que se realizó el pasado 4 de marzo del 2025, estuvo orientada a fortalecer la autoestima de las participantes y brindarles un espacio seguro de protección y sanación, respaldado por el apoyo de un fondo internacional que nos acompaña con solidaridad feminista.
Este encuentro, liderado por la facilitadora y líder social afrodescendiente Yamile Mina Marulanda, permitió generar un espacio de confianza y sororidad, donde las mujeres compartieron sus experiencias y accedieron a herramientas ancestrales de protección emocional. Durante la jornada, se abordaron elementos culturales y simbólicos de la identidad afro e indígena, como el significado de las trenzas y los turbantes, y se exploraron relatos inspiradores como el de la película Sally.
Un espacio de protección y sanación ancestral
El taller se centró en tres objetivos principales: fortalecer el bienestar integral de las mujeres a través de prácticas ancestrales, crear un entorno seguro para la protección y sanación emocional, y fomentar la conexión con la música y la ancestralidad como formas de resistencia y empoderamiento.
Desde el inicio de la sesión, se estableció un ambiente de respeto y escucha activa. A través de la dinámica Aromponpon, las participantes reforzaron el concepto de círculo como un espacio de protección y apoyo mutuo. Asimismo, el ejercicio de presentación, donde cada mujer compartió su fruta favorita, permitió romper el hielo y generar una conexión desde lo cotidiano.
El poder de la palabra y la sororidad
Uno de los mayores logros de esta jornada fue la generación de un espacio de confianza donde prevaleció la comunicación asertiva. Muchas de las asistentes, inicialmente reservadas, encontraron en el círculo la posibilidad de expresar sus emociones sin temor. Al cierre de la actividad, en el acuerdo de pacto consigo mismas, manifestaron sentirse seguras de su identidad y esencia, reafirmando su valor y poder como mujeres.
Algunas participantes tuvieron dificultades para procesar eventos significativos de sus vidas, una situación común en mujeres que han enfrentado violencias estructurales y personales. Sin embargo, el espacio facilitó el reconocimiento de estas emociones y abrió la puerta a procesos de sanación colectiva con respaldo en la ancestralidad y el apoyo internacional.
Creemos que los espacios de empoderamiento y sanación para lideresas y mujeres en situación de riesgo. Este tipo de iniciativas son fundamentales para construir procesos fortalecidos, donde todas nuestras lideresas puedan encontrar un lugar seguro para su desarrollo y bienestar.
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