La ley francesa abolicionista de la prostitución, promulgada en 2016, es considerada un hito histórico en la lucha por los derechos humanos y la erradicación de la explotación sexual. Por primera vez en la historia de Francia, la ley prohíbe la realización de cualquier acto sexual que sea impuesto por dinero, descriminaliza a las personas prostituidas, involucra al conjunto de la sociedad en su cumplimiento e incluye la puesta en marcha de políticas nacionales de salida de la prostitución.
La ley francesa se basa en cuatro pilares fundamentales que son: la protección de las personas prostituidas, la penalización de los clientes, la prevención de la prostitución y la lucha contra las redes de trata de personas. La protección de las personas prostituidas es uno de los pilares más importantes de la ley, ya que esta establece que las personas que se prostituyen no serán consideradas delincuentes, sino que serán tratadas como víctimas de explotación sexual. Por lo tanto, las autoridades francesas ofrecen servicios sociales, médicos y psicológicos para ayudar a las personas a salir de la prostitución.
Otro de los pilares importantes de la ley es la penalización de los clientes. La ley establece que cualquier persona que pague por sexo será sancionada con una multa de hasta 1.500 euros. Además, la ley reconoce que la prostitución es una forma de violencia contra las mujeres y una forma de explotación sexual. Por lo tanto, penaliza a los clientes para disminuir la demanda y, por ende, la oferta de prostitución.
La prevención de la prostitución es otro de los pilares importantes de la ley. Esta establece la creación de un programa nacional de prevención de la prostitución para concientizar a la sociedad sobre la explotación sexual y sus consecuencias. La ley también prevé la realización de campañas de información y sensibilización sobre el daño que causa la prostitución a las personas.
Finalmente, la lucha contra las redes de trata de personas es otro de los pilares importantes de la ley francesa. Esta establece penas de prisión de hasta 20 años para los proxenetas y aquellos que trafican con personas. Además, la ley permite la confiscación de bienes y la cancelación de licencias comerciales a aquellos que se dediquen a la explotación sexual.
La ley francesa abolicionista de la prostitución es un modelo que la Fundación Empodérame considera conveniente para Colombia.
Además, es importante recordar que Francia es la cuna de los derechos humanos y, por lo tanto, su experiencia en la lucha contra la explotación sexual es valiosa para otros países, incluyendo Colombia. Copiar lo bueno es una estrategia interesante para avanzar en la lucha contra la explotación sexual y garantizar los derechos humanos
Invitamos a leer:
Comments